Es un conjunto de condiciones mentales y conductuales
que forma parte del espectro de trastornos autísticos. Se trata de una discapacidad
social de aparición temprana, que conlleva una alteración en el procesamiento
de la información. La persona que lo presenta puede llegar a tener una
inteligencia superior a la media, aunque en la gran mayoría de los casos, el CI
global del individuo suele ser normal, a diferencia del Autismo de Alto
Funcionamiento, hallándose una gran
superioridad del CI verbal sobre el manipulativo.
Los sujetos diagnosticados con Asperger presentan
ciertos estilos de procesamiento cognitivo muy particulares alternativos
-notoriamente, mostrando la capacidad de observar y señalar detalles que
escapan a la mayoría de las personas neurotípicas- y frecuentemente,
habilidades especiales en ciertas áreas del procesamiento.
Una característica resaltante de los individuos con
Síndrome de Asperger es su incapacidad para reconocer intuitivamente las
señales no verbales o paralingüísticas emitidas por otras personas, así como
para generar las equivalentes propias. Es por ello que el contacto y el
comportamiento comunicacional de los que padecen el síndrome de Asperger puede
parecer "extraño", torpe, gracioso, o arrogante, o bien ser
confundido con una variante leve del autismo infantil temprano (Síndrome de
Kanner).
Sin embargo, debido a que la inteligencia de la
mayoría de las personas con Asperger es normal, el resto de las personas, en
general, no los percibe como autistas sino como personas con un comportamiento
muy peculiar. Remarcablemente, el síndrome de Asperger en ocasiones se da en
concomitancia con una inteligencia superior a la normal o con un talento
superior en una o múltiples áreas específicas, a modo de savantismo (Leonardo
Da Vinci, por ejemplo, -Asperger especulado- presentaba múltiples
características de este tipo de comportamiento, habiendo dedicado gran parte de
su vida a una enorme cantidad de áreas de interés, en intervalos que parecían
obedecer a varios patrones de diagnóstico del Síndrome). Este trastorno, que se
considera congénito y no curable, puede ser detectado a partir del cuarto año
de vida. Las formas en que se manifiesta el síndrome varían mucho entre los
diferentes individuos que lo padecen.
Este es un trastorno con una prevalencia de 2,6 a 4,8
por cada 1.000 nacidos vivos que parece tener 5 veces mayor incidencia en niños
que en niñas. En términos relativos, se trata de un síndrome recientemente
reconocido por la comunidad científica, como entidad diferenciada del autismo,
siendo aún poco conocido entre la población general e incluso por muchos
profesionales, la comunidad médica considera que se trata de un trastorno
infradiagnosticado.
Las personas neurotípicas (la población no autista)
poseen un sofisticado sentido de reconocimiento de los estados emocionales
ajenos (empatía). La mayoría de las personas son capaces de asociar información
acerca de los estados cognitivos y emocionales de otras personas basándose en
pistas otorgadas por el entorno y el lenguaje corporal de la otra persona. Las
personas con síndrome de Asperger (SA) no poseen esta habilidad, no son
empáticas; se puede decir que tienen una especie de "ceguera
emocional". Para las personas más severamente afectadas puede resultar
imposible incluso reconocer el significado de una sonrisa o, en el peor de los
casos, simplemente no ver en cualquier otro gesto facial, corporal o cualquier
otro matiz de comunicación indirecta.
Estas circunstancias conllevan numerosos problemas
durante la infancia y la vida adulta. Cuando una maestra pregunta a un niño con
Asperger que ha olvidado su trabajo escolar « ¿Qué pasa, tu perro se comió tu
tarea?», el niño con Asperger permanecerá silencioso tratando de decidir si
debe explicar a su maestra que él no tiene perro y que además los perros no
comen papel. Esto es, el niño no comprende el sentido figurado de la pregunta o
no puede inferir lo que la maestra quiere decir a partir de su tono de voz,
postura o expresión facial. Ante tanta perplejidad, el niño podría responder
con una frase totalmente sin relación a lo que se está hablando (como por
ejemplo, « ¿Sabe que mi padre se ha comprado un ordenador nuevo?»). Ante esto,
y la falta de detección del síndrome de Asperger, erróneamente la maestra
podría concluir que el niño es arrogante, insubordinado o «raro».
Es importante notar, sin embargo, que debido a que es
un trastorno con severidad variable, algunos pacientes se aproximan a un nivel
de normalidad en sus habilidades de comprensión e interpretación de las señales
no verbales. Encuentran particularmente abrumador el contacto ocular y por lo
tanto con frecuencia lo evitan. Esta falta de contacto ocular puede llevar a
mayores dificultades para interpretar emociones ajenas o en la forma como lo
interpretan los demás.
Al síndrome de Asperger a veces se le llama síndrome
del "planeta equivocado" porque la gente con el síndrome sienten que
son bastante normales pero viven en un mundo lleno de extraterrestres (personas
normales). Para una persona con síndrome de Asperger, tener el síndrome es lo
normal, porque lo ha tenido toda su vida.