martes, 15 de mayo de 2018

ONICOFAGIA


La Onicofagia es el hábito compulsivo que se manifiesta en que la persona que lo padece tiende a "comerse las uñas", de un modo que es poco posible controlarse. Es una patología de carácter psicológico. Y como tal, puede precisar de ayuda especializada. La persona que padece onicofagia puede llegar al extremo de retirar su uña hasta dejar la piel al descubierto. Esta conducta se puede manifestar en las uñas de todos los dedos. Entre las causas externas podemos mencionar problemas tan variados como: problemas económicos, problemas laborales, problemas de pareja, etc.

Y entre las causas internas podemos mencionar: factores internos como necesidad de auto-flagelación o auto-castigo por no sentirse completamente a gusto con quien se es, con los logros alcanzados en la vida, de cómo se reacciona ante ciertas situaciones, de cómo te ven los demás, etc.

Sobre este último aspecto, existen casos documentados de personas sometidas a hipnosis que revelan que atacar literalmente sus dedos y uñas hasta niveles de hacerse verdadero daño es parte de su auto-flagelación por no sentirse a gusto con quienes son. Este es tal vez uno de los problemas de onicofagia más difíciles de erradicar. Aunque en muchos casos perdura hasta la edad adulta, la mayor incidencia de este mal hábito se da en la pubertad. Es más común en el sexo masculino que en el femenino, y ocurre con la siguiente frecuencia:
  • 44-45% de adolescentes.
  • 28% al 33% de niños entre 7 y 10 años.
  • 19% al 29% de adultos jóvenes.
  • 5% de adultos mayores.

Morderse las uñas puede resultar en el transporte de gérmenes que se ocultan bajo las uñas a la boca o viceversa, llevando a la hinchazón del dedo y en casos extremos, también da una mala presentación a las personas, debido a que las manos con las uñas comidas, son de muy mala presentación, pudiendo dar lugar a pus.

El mordedor compulsivo de uñas puede estar tentado a comer no sólo esta sino también la cutícula y la piel de alrededor, provocándose heridas por donde puede sufrir infecciones oportunistas micróbicas y virales. Dañarse la piel o uñas puede llevar a la ansiedad por la apariencia de las manos, produciéndose así un círculo vicioso (realimentación o feedback) que perpetúa la conducta. El hábito crónico de morderse las uñas es perjudicial a largo plazo para la sustancia adamantina frontal de los dientes, aumentando la caries en las zonas afectadas.