La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales
más serias que ocasionan una gran perturbación en las relaciones sociales,
familiares y labores de las personas que la sufren, que se inicia generalmente
en la adolescencia, que tiene tendencia a evolucionar hacia la cronicidad y
para la cual, no existe un tratamiento curativo en la actualidad, lográndose
únicamente una remisión de los síntomas con el uso de antipsicóticos.
La mayor parte de los esquizofrénicos no logran
alcanzar un nivel profesional elevado,
no llegan a tener experiencia laboral debido a que cambian
frecuentemente de trabajo, porque renuncian o porque los despiden debido a un
bajo rendimiento. Esto hace que, con frecuencia, que dependan económicamente de
sus familiares y que cuando sus padres fallecen, pasan a depender de las
instituciones del estado.
HISTORIA
Es difícil encontrar en los libros de historia de la
psiquiatría los inicios de la esquizofrenia como una enfermedad diferente de
las otras en las épocas remotas, ya que la nomenclatura y descripción
empleadas, solo nos permiten encontrar síntomas que en la actualidad podrían
corresponder a esta enfermedad. Sin embargo, ha sido objeto de estudio por
numerosos médicos, psicólogos, filósofos, sacerdotes y artistas a través del
tiempo.
Ya en el año de 1400 A.C. en el Ayur-Veda de la
antigua india se describe una condición que podría corresponder a la actual
esquizofrenia y para la que recomendaba "meditación" y "técnicas
de encantamiento" para su tratamiento.
Durante la Edad Antigua y hasta el siglo XIX, no
ocurre nada sobresaliente en el campo de la esquizofrenología.
En el año de 1856, Morel que fue un contemporáneo de
Krepelin, introduce el término demencia precoz, para catalogar a un adolescente
que era brillante activo y que luego se volvió aislado, apático y callado.
En el año 1868, se introduce el término catatonia para
designar un cuadro clínico en el que predomina la tensión motora (muscular) y
que posee dos fases: una estuporosa o inhibida (estupor catatónico) y otra
excitada (agitación catatónica). Es este mismo año que Sander introduce el
término paranoia para catalogar a un grupo de personas en las que sobresalen
sentimientos de ser perjudicados, maltratados, perseguidos o humillados.
En 1870, Hecker introduce el término hebefrenia para
describir un cuadro de inicio en la adolescencia, en donde hay una perturbación
mental y que irremisiblemente conduce al deterioro del individuo.
En 1896, Krepelin utiliza nuevamente el término
demencia precoz y hace una descripción de esta condición mental cuya
descripción aún tiene vigencia en la actualidad. Pone de manifiesto su inicio
temprano, su evolución hacia el deterioro y su oposición a la psicosis
maniaco-depresiva en donde éste no existe: Identifica tres subgrupos: paranoide,
catatónica y hebefrénica.
En 1911, Bleuler introduce el término esquizofrenia
para sustituir al de demencia precoz ya que éste se consideró inexacto porque
no siempre conduce al deterioro y el mismo Krepelin aceptaba que un 13% se
recuperaban. Esquizofrenia significa mente dividida (mente escindida), poniendo
un énfasis mayor en la fragmentación de la personalidad que en la evolución.
Para Bleuder la esquizofrenia era la enfermedad de cuatro Aes: autismo,
ambivalencia, asociaciones laxas y efecto incongruente.
En 1933, Kasanin introduce el término esquizoafectivo
para designar un grupo de esquizofrenias en las que además del trastorno formal
de pensamiento, presentan alteraciones afectivas importantes tanto en el
sentido de la manía como en el de la depresión.
En 1939, Langfeldt hace distinción entre proceso
esquizofrénico que significa para él inicio temprano, una gran desorganización
mental y un curso irremisible hacia el deterioro y la reacción esquizofrénica
que consiste en un cuadro menos severo, con una personalidad premórbida más
adecuada, mejor ajuste social y laboral y capaz de remitir parcial o totalmente
sin conducir a un deterioro progresivo.
En 1949., Polatín introduce el término pseudoneurótica
para designar un tipo de esquizofrenia en las que el trastorno del pensamiento
no era atan sobresaliente, pero se mostraban con un frente de síntomas ansiosos
que podían hacer pensar en una neurosis de ansiedad pero que no evolucionaban
como ella.
En 1952 en la primera edición del "Diagnóstic and
Statistical Manual of Mental Disorders de la Asociación Psiquiátrica Americana
se clasifica a la esquizofrenia como "reacciones esquizofrénicas" y
se incluyen los tipos: simple, tipo hebefrérico, catatónico, paranoide, agudo
indiferenciado, crónico indiferenciado, tipo esquizoafectivo, tipo infantil y
tipo residual.
Estudios comparativos entre diversos países han
demostrado la existencia de criterios diagnósticos diferentes, diagnosticándose
más trastornos afectivos en Europa y más trastornos esquizofrénicos en América.
EPIDEMIOLOGÍA
En el año de 1973, la Organización Mundial de la Salud
publicó el reporte del estudio piloto internacional sobre esquizofrenia en
donde se establecen criterios definidos para el diagnóstico y las
características de la enfermedad en nueve países del mundo. En ese estudio se
vio que el tipo más frecuente es el paranoide, seguido por el esquizoafectivo y
el hebefrénico.
Los estudios de prevalencia realizados en América del
Norte revelan que del 1.0 al 1.9 por mil habitantes sufren de esquizofrenia
alguna vez en sus vidas. La incidencia
(número de casos nuevos que aparecen en un determinado periodo de tiempo) varía
entre 0.3 a 1.2 por mil habitantes, por año. A nivel mundial se estima que de
0.3 a 1% de la gente sufre la enfermedad (Solomon, 1976). En cuanto al estado
civil, se nota que en las personas que ingresan por primera vez a los
hospitales con el diagnóstico de esquizofrenia existe un alto porcentaje de
solteros, separados, divorciados o viudos.
Se considera que debido a la enfermedad, que implica
dificultad en las relaciones interpersonales y tendencia marcada al
aislamiento, estas personas prefieren quedarse solteros o si se casan, debido a
la incapacidad de afrontar las responsabilidades y obligaciones propias del
matrimonio, se presentan con mayor frecuencia separaciones y divorcios.
Si se toma en cuenta la condición socio-económica, se
observa que la esquizofrenia se presenta con más frecuencia en miembros de las
clases socioeconómicas bajas, mientras que la enfermedad maniaco-depresiva lo
hace en las altas. Este hallazgo se puede explicar por dos hipótesis: a) las
dificultades económicas y sociales de las clases bajas favorecen la aparición
de la enfermedad en un individuo genéticamente predispuesto a ella y b) la
esquizofrenia es más frecuente en familias y por la naturaleza desorganizante e
improductiva de la misma, se van perdiendo recursos económicos e intelectuales
que hacen que vayan cayendo en una pobreza cada vez mayor.
Otro factor social que influye en los índices es la
migración de la gente, que hace que ésta se reubique en otras culturas a las
que no están acostumbrados generándose gran cantidad de estrés que puede
conducir a la aparición de los síntomas de la enfermedad.
EXAMEN
DEL ESTADO MENTAL
En donde se trata de establecer el grado de
psicopatología que se presenta en el momento de la entrevista. Notamos los
siguientes: muestran poco interés por la entrevista y a veces se oponen
rotundamente a ella, lucen distraídos, con la mirada vaga o a veces evitan el
contacto visual con el entrevistador, descuidados de su aspecto personal,
gesticulando o riéndose sin motivo, hablando por señas, pueden mostrar una
conducta muy suspicaz, pueden estar agitados e inquietos, mutistas o inmóviles.
Su relato puede no ser confiable porque se detectan
incongruencias que ameritan ser aclaradas por algún familiar o amigo. En el
curso de pensamiento pueden encontrarse las clásicas disgregaciones que son el
resultado de incoherencias en las ideas, llegando hasta la ensalada de palabras
(lenguaje cantinflezco). Puede existir el robo del pensamiento en donde sienten
que se quedan sin ideas porque alguien se las robó.
En el contenido del pensamiento se encuentran las
ideas delirantes, que pueden ser de tipo paranoide, místico, religioso, de grandeza,
de influencia extraña, de despersonalización o de desrealización. En las
percepciones, pueden existir alucinaciones auditivas (principalmente),
visuales, táctiles, cinestésicas (sienten que su cuerpo se mueve
involuntariamente o que flota en el espacio), cenestésicas o propioceptivas
(las manos se le hicieron muy grandes, la cara se le deformó, es mitad humano y
mitad animal) o de desintegración cósmica, en donde su cuerpo flota desmembrado
en el espacio.
La orientación en las tres esferas generalmente se
mantiene. La memoria es buena, La capacidad de abstracción (análisis de
proverbios) es mala. La información general es buena y de acuerdo a su nivel
educativo. Hay pobre capacidad de juicio crítico hacia la realidad.
Generalmente no hay consciencia de enfermedad (insight) o existe en forma
parcial ya que se cree enfermo de algo físico.
EXAMEN
FÍSICO
Es poco relevante. Generalmente se aprecian
alteraciones secundarias a hiperactividad del sistema simpático como
taquicardia, hipertensión arterial, pupilas dilatadas, palidez generalizada.
Pueden existir alteraciones motoras propias del catatónico o gesticulaciones
propias del hebefrénico.
EXAMEN
NEUROLÓGICO
No se van a encontrar alteraciones groseras en este
sentido pero si se deben buscar los llamados signos neurológicos suaves (que no
tienen una ubicación topográfica específica en el cerebro) y que son los
siguientes:
Presencia
de movimientos en espejo: Consisten en que cuando uno ordena a un paciente que
mueva una extremidad, una mano, un dedo o un pie, se produce un movimiento
opuesto en la misma parte del lado contralateral del cuerpo.
Dificultad
para decir trabalenguas: Que se explora diciéndole al paciente que repita dos
trabalenguas usados con frecuencia.
Confusión
derecha-izquierda: El examinador, con sus manos cruzadas en el tórax le
indica al paciente que con su mano izquierda toque la mano izquierda del
explorador. Si hay dificultad para lograr esto, se considera que está presente
este fenómeno.
Movimientos
musculares anormales en reposo: Se le pide al paciente que junte sus pies, mantenga
la cabeza erguida, con los ojos cerrados, las extremidades superiores a la
altura de los hombros y los dedos de ambas manos abiertos durante un minuto. Si
aparecen movimientos coreicos en las extremidades superiores, cabeza, cuello o
tronco, se consideran signos positivos.
Dificultad
para oponer los dedos: De una mano al pulgar correspondiente.
Dificultad
en la pronación-supinación alterna repetititva: Se le pide al
paciente que golpee varias veces la palma de su mano derecha con la palma de la
mano izquierda y que luego le de vuelta a la mano izquierda y golpee con el
dorso de esa mano, la palma de la mano derecha varias veces. Luego se hace lo
mismo sobre la palma de la mano izquierda.
Dificultad
para realizar movimientos repetitivos: Con los pies en forma de golpear el piso
repetitivamente con la punta de los pies tanto el izquierdo, como el derecho,
como ambos simultáneamente.
Debe incluirse dentro de los aspectos clínicos lo que
Schneider ha denominado síntomas de primero y segundo orden. Este autor
considera que los síntomas de primer orden se encuentran los siguientes: oír
los propios pensamientos en voz alta, alucinaciones auditivas que comentan
sobre el comportamiento del individuo, alucinaciones somáticas, sentir los
pensamientos controlados desde el exterior, percepciones delirantes e ideas de
control externo sobre algunos sentimientos, impulsos y actos volitivos. Los de
segundo orden son: otros tipos de alucinaciones, perplejidad, trastornos
depresivos o eufóricos del afecto y embotamiento afectivo.
También debe mencionarse los síntomas negativos y
positivos. Por síntomas negativos se entienden aquellos que se originan en una
ausencia de elementos normales en el funcionamiento cerebral y se incluyen los
siguientes: aplanamiento afectivo, alogia (pobreza en el lenguaje y en el
contenido del pensamiento), apatía (falta de energía para hacer cosas),
anhedonia (falta de capacidad para sentir placer por algo o alguien),
asociabilidad (ausencia de relaciones interpersonales) o dificultad en la
atención (distraibilidad). Los síntomas positivos surgen de un mal
funcionamiento del cerebro que conduce a la aparición de elementos extraños
(que no se presentan normalmente) en el pensamiento y son: alucinaciones, ideas
delirantes, comportamiento bizarro y trastorno formal del pensamiento.
EVOLUCIÓN
Hace veinte años, se consideraba que cuando aparecía
un episodio esquizofrénico en la vida de una persona, significaba que debía
tomar medicamentos por el resto de su vida y que se iba a deteriorar
progresivamente. Estos criterios han cambiado en la actualidad debido al auge
que ha tenido la teoría del exceso de acción dopaminérgica a nivel del sistema
nervioso central como causante del cuadro psicótico y que implica que esta
excesiva actividad es fluctuante (episódica) regresando a su nivel de
funcionamiento habitual, una vez que pasa la crisis. Todavía se desconoce
cuáles son los factores que inician este cambio bioquímico pero se conocen
factores que lo agravan y los que lo disminuyen. Sin embargo, cuando existen
otras alteraciones anatómicas o múltiples factores adversos en el ambiente la
evolución tiende a complicarse.
Desde el punto de vista de los subtipos de
esquizofrenia, se considera que el hebefrénico y el simple son los que tienen
peor pronóstico. En cambio los paranoides, los catatónicos y el episodio
esquizofrénico agudo tienen un buen pronóstico.
En cuanto al inicio de la enfermedad, se considera que
los que tiene un inicio súbito tienen mejor pronóstico que los que presentan un
inicio lento y progresivo. Entre más temprano en la vida se presenten síntomas
psicóticos más malo es el pronóstico. Además, cuando han seguido un curso
episódico, estos tienden a espaciarse o a desaparecer después de los 40 años de
edad.
La presencia de factores desencadenantes o
precipitantes hablan de mejor pronóstico que cuando no existen. Una historia de
buen ajuste previo a la enfermedad, en áreas importantes como el funcionamiento
social, sexual, laboral y familiar hablan a favor de buena evolución. El
pertenecer a una familia bien conformada, con buenos patrones de comunicación y
ayuda mutua que le brinden apoyo al paciente favorece un buen futuro.
En estudios de seguimiento prolongado de algunos casos
se ha encontrado que un 11% de los pacientes deben permanecer hospitalizados en
forma continua, un 33% presentan síntomas residuales importantes pero son
capaces de vivir en su comunidad y un 56% llevan una vida normal aunque
ocasionalmente tienen que tomar medicamentos antipsicóticos.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la esquizofrenia debe hacerse
simultáneamente en los tres niveles de prevención que se han establecido para
todas las enfermedades y que consiste en:
1. Eliminar los síntomas una vez que se han
presentado.
2. Prevenir la aparición de nuevas crisis.
3. Rehabilitar al paciente para favorecer un mejor funcionamiento
global.
Para evaluar los resultados de un tratamiento se deben
observar los siguientes parámetros: mejoría de los síntomas, aumento del
rendimiento laboral, aumento del funcionamiento social, frecuencia de
rehospitalizaciones, duración de los internamientos y disminución de la
dependencia a otras personas para poder funcionar.